El volcán de San Vicente está ubicado en los municipios de
Guadalupe y Tepetitán en el departamento de San Vicente; y San Juan Nonualco y
Zacatecoluca en el departamento de la Paz en El Salvador. Se localiza
aproximadamente a 60 kilómetros al este de la ciudad capital San Salvador. Es
el segundo volcán de más altura de este país.
Consta de dos elevaciones: la más alta de 2.173 msnm con una
depresión en medio, reminiscencia de lo que fue un cráter; la otra, de 2.083
msnm, que tiene forma de cono con un cráter abierto hacia el este. En la base
del volcán, al lado sur, se ubican manantiales de aguas termales conocidos como
los infiernillos que emanan fuertes vapores y humo sulfúrico; hacia el norte
del volcán se extiende el Valle de Jiboa, una de las zonas más ricas de cultivo
en este país. De este volcán se desconoce alguna erupción.
Este volcán es conocido también con el supuesto nombre
aborigen nahuat de Chichontepec o Chichontepeque, que significaría Cerro de las
dos tetas. Sin embargo, el historiador Jorge Lardé y Larín asevera que tal
denominación fue un «invento» del coronel y licenciado Manuel Fernández en su
obra Bosquejo físico, político e histórico de la República del Salvador de
1869.1 Al contrario, en el siglo XVI fue conocido como Iztepe o Iztepeque,2 y a
finales de esa centuria, y a principios del siglo XVII, como Zacatecoluca;2
siendo en el siglo XVIII, muy probablemente, que adquirió el apelativo de San
Vicente.
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El Personaje: Carlos
Dardano
Tener sólo un ojo no es limitación para aterrizar un avión
sin motores”
Viene de familia de pilotos. Su abuelo fumigaba campos de
cultivos, su padre también volaba y él es desde su juventud piloto acróbata y
comercial. En una de las hazañas más espectaculares de la aviación moderna, en
mayo de 1988 aterrizó, con los motores quemados, un avión repleto de pasajeros
en la borda de un río en las afuera de Nueva Orleáns. Eso lo llevó directo a la
fama, especialmente porque seis años atrás, durante la guerra salvadoreña,
perdió su ojo izquierdo cuando una bala le alcanzó el rostro mientras
transportaba en una pequeña aeronave a una pareja de italianos.
Dárdano es todo un personaje. Trabaja desde hace 25 años en
TACA, donde se desempeña como capitán comercial. Es, además, dueño de una
empresa de aviación, en la que se enseña paracaidismo y vuelo acrobático (dos
actividades que sigue practicando).
Antes de empezar esta plática baja de su carro unas fotos.
Son las que le tomaron después de que el balazo impactara su cara. Las imágenes
de aquel 19 de enero de 1982 son duras. La primera pregunta viene luego de
verlas y hacerlas a un lado de la mesa.
¿Ya creía en Dios o lo hizo después de esto?
Siempre creía en él, no fanático pero sí creía. Ha habido
varias veces en mi vida que ha habido una presencia fuera de lo normal.
¿Qué andaba haciendo ese día?
Yo era un piloto ejecutivo en El Salvador y volaba para la
empresa Gutiérrez Flying Services. En 1981 me llaman a trabajar con TACA, tenía
22 años, pero yo amo y vivo la aviación. El trabajo que me habían dado era ingeniero
carguero y entonces en los días libres, que era técnicamente prohibido por el
contrato que tenemos en la empresa, yo me iba a volar a la otra empresa o mis
aviones.
¿Tiene aviones?
Tengo una empresa de aviación, escuela, paracaidismo, taxis
aéreos, propaganda aérea y toda esa paja. Entonces, ese día, tenía un vuelo a
Tegucigalpa (con TACA) pero alguien me dijo que por qué no antes llevaba a unos
ejecutivos de la presa San Lorenzo a la pista en un avión pequeño. Era un
matrimonio joven con un hijo de seis años, eran los gerentes de la presa. Nos
fuimos para allá, llegamos, sobrevuelo la pista y aterrizamos. Nos bajamos y
comenzamos a oír unos disparos lejanos pero ya no me gustó la situación,
entonces les dije que como no había ningún carro que era mejor que
sobrevoláramos y cuando viniera la seguridad aterrizamos. Subo yo, el avión es
de ala baja, y cuando ya nos íbamos la señora me preguntó si el niño podía
hacer pipi. Le dije que sí, me quedé así, me apoyé en la cabina y vi el reloj.
Faltaban tres minutos para las ocho de la mañana. Cuando me hago así (gira la
cabeza) para dirigirme a ellos es cuando me da el balazo y caigo al lado del
avión. Ahí es cuando comenzás a pensar veinte mil mierdas. No andaba armado,
pensás en que te van a matar, pensás en correr. Lo primero que hice fue tirarme
a la cabina del avión y lo comencé a arrancar.
¿Y la familia había entrado ya?
No, yo no los había visto pero seguían disparando.
¿Se veían los balazos?
Al avión le cayeron cinco o seis vergazos más. La familia se
metió inconscientemente. La señora se tiró, yo aceleré.
¿Y usted miraba?
No, en ese momento yo iba agachado porque sabía que el avión
iba recto. El tipo que disparaba parece que estaba en un ángulo que a la cabina
no le daba. Despega, nos vamos entre los palos, ya iba yo viendo, sangrando
horriblemente.
¿Y la pareja se había fijado ya?
Sabían que venía herido pero no me habían visto la cara. Por
San Vicente tomé altura, cuando sabía que estaba fuera del rango de disparo.
Era un vuelo de 20 minutos de ese lugar a Ilopango. El caballero se pasó para
adelante y en una de esas volteamos a vernos y me reflejé en los anteojos de él
y me quedé y dije “puta”. Me tapaba el otro ojo y no podía ver. Yo decía,
talvez alguna esquirla me tapa la vista. La aflicción ya no era esa sino si
podría llegar a Ilopango sin desmayarme y el tipo comienza a afligirse.
Ninguno tenía idea de cómo volar.
Nada y él me dice “enseñame a volar” y le dije que estaba
loco, que tranquilo. Entonces se volvió histérico y tomó los controles del
avión. Le tuve que pegar un codazo, tranquilo, le dije. Estábamos en ese
momento entrando al lago(Ex Aeropuerto Internacional de Ilopango) y faltaban
cinco minutos. Yo sabía que llegaba.
Pero comprendía lo que hacía el tipo, ¿no?
Claro, yo igual lo hubiera hecho o peor.
¿Y cómo sabía que llegaba?
La hemorragia ya había parado, la camisa y el pantalón
estaban rojos y quedó un buen charco de sangre en el avión.
La bala se pasó llevando todo el pómulo y explotó el ojo.
Llegamos a Ilopango.
¿Ahí le dijeron que perdería el ojo?
No, eso me lo dijeron…bueno no me lo dijeron. El doctor
López Bertrand, compadre de mis padres, me atendió y yo le tenía mucha
confianza pero desde que uno ve las reacciones de “vamos a hacer todo lo
posible” ya uno está claro de que la situación no es salvable. Siempre uno
piensa que puede corregirse, que yendo al extranjero, sin ponerse a pensar que
aquí en el país tenemos lo mejor. Yo cometí la tontera de irme a Miami a
hacerme una operación en el piso de órbita y solo a coger una infección fui, y
la cicatriz me la dejaron peor. Aquí, el mayor trabajo que me hicieron fue
plástico y fue excelente. Me dejaron nítido.
¿Y a todo esto TACA no dijo nada?
Ahí viene donde la empresa se porta sobrenatural conmigo.
Los dueños, Roberto Kriete y Federico Bloch, me llaman a una entrevista y me
ofrecen su apoyo incondicional. Me dijeron que si no podía seguir volando
podría trabajar en otro puesto. Eso fue como volver a nacer; yo sabía que
estaba joven pero mi sueño siempre fue ser piloto.
¿Qué fue lo primero que pensó cuando le cayó la bala?
Eso, que ya no sería piloto, eso era lo que me preocupaba.
¿Cuándo se dio cuenta que podría volar nuevamente?
Afortunadamente dentro de las normas americanas, como mucho
piloto lisiado durante la guerra, ellos tienen un programa que se pasan pruebas
para demostrar que se puede seguir volando. En la rama ocular tomaba casi un
año y entonces yo regresé. Valga la salvedad que cuando salí del hospital, que
estuve tres días, eso fue un sábado. Yo tenía mi avión y aún con todas vendas,
que tenía como 150 puntos, y le digo a mi compadre, “mirá, vamos a volar”.
Nooooo.
Y como yo tenía mi avión…
¿Cuánto años dice que tenía?
22.
Joven y necio.
Es que mi aflicción era que me dijeran que no podía volar.
Me reporté con torre, todo mundo sabía pero nadie me paró. Fui a dar una vuelta
y hasta le hice un roll a la torre y ya con eso… me costaba más echar un
líquido a un vaso que volar.
Precisamente de eso veníamos hablando…
Una de las cosas más difíciles es la profundidad. Si tú
tienes algo así (señala su vaso) y ya con líquido y echarlo claramente en el
lugar. Hay trucos pero igual ahora la profundidad molesta. Si estás
retrocediendo tenés que saber que hay cierta variación.
¿Y cómo son las pruebas que le hicieron?
En Estados Unidos te hacen unas pruebas que el campo del ojo
se agranda. Si tu tuvieras menos nariz o no tuvieras un solo ojo sería capaz de
abarcar lo que los dos abarcan. Cuando tu pierdes un miembro, si uno tiene 90
grados pues hace 120 luego. Te meten en un cuarto y comienzan a sacarte lucitas
de diversos ángulos y le decís al doctor cuando las ves. Me balearon en enero y
yo para el primero de abril ya tenía mi certificado médico y listo para entrar.
¿Le cuesta más manejar un carro que un avión?
La verdad es que ya no me cuesta. Ando en moto, limitaciones
al principio sí. Mi manera de ver no es recta, siempre me hago hacia un lado.
¿Sigue siendo capitán?
Sigo siendo capitán de A320, el mandamás, el piloto al
mando.
¿Le ha pasado aquí que alguien se suba al avión y diga no
quiero volar luego de ver que solo tiene un ojo?
No, gracias a Dios tenemos cierto prestigio en la aviación
porque además soy piloto acróbata. Además, la emergencia en Nueva Orleáns te
pone en estampa un sello de oro donde tu demostrás que la emergencia que
hiciste es más difícil que un space shuttle (las naves que utiliza la NASA en
sus transbordadores espaciales) y este fue un aterrizaje sin motores en la
borda de un río. Mundialmente, y en las entrevistas que me hicieron en NBC, el
hecho de que uno sólo tenga un ojo no es limitación para haber podido ejecutar
la maniobra esa.
El Vuelo 110 de TACA fue un vuelo regular comercial
internacional operado por TACA Airlines, viajando de Belice a Nueva Orleans. El
24 de mayo de 1988, el vuelo perdió potencia en ambos motores pero los pilotos
lograron efectuar un aterrizaje de emergencia satisfactorio en un prado, sin
provocar más que heridas menores. El capitán del vuelo era Carlos Dardano,
salvadoreño, quien solo gozaba de la visión de un ojo, pues el otro lo había
perdido como consecuencia de una bala, volando un avión, siete años antes,
durante una guerra civil en su país.1
El avión, un Boeing 737-3T0 (registro N75356, número de
serie 23838), efectuó su primer vuelo el 26 de enero de 1988, y entró en
servicio con TACA dos meses más tarde.2 Este día, el vuelo discurría
normalmente, despegando del Aeropuerto Internacional Philip S. W. Goldson de la
Ciudad de Belize y sobrevolaba el Golfo de México frente a la costa de
Louisiana.
La investigación de la Oficina Nacional de la Seguridad en
el Transporte (NTSB) reveló que durante el descenso desde FL 350 (35 000 pies
(10 668 m)) preparándose para su aterrizaje previsto en el Campo de Moisant en
Nueva Orleans, los pilotos notificaron zonas de ligeras a moderadas
precipitaciones en su procedimiento de llegada, representadas por colores
verdes y amarillos en su radar meteorológico, así como "algunas zonas
rojas aisladas" indicativas de zonas de fuertes precipitaciones a ambos
lados de su patrón de vuelo programado.3
El vuelo entró en la zona de nubes a FL300 (30 000 pies
(9144 m)), la tripulación seleccionó "empuje continuo" y encendieron
el motor anti-hielo para proteger sus motores turbofán de los efectos de la
precipitación y la helada, cualquiera de los cuales pueden causar un incendio,
y provocar la pérdida de potencia. En lugar de volar una ruta entre las fuertes
precipitaciones expuestas en el radar, se toparon con fuertes precipitaciones,
granizo, y turbulencias. Pasando a través de 16 500 pies (5029,2 m), ambos
motores se apagaron, dejando al avión planeando y sin motores o potencia
eléctrica alguna. La Unidad de Potencia Auxiliar (APU) fue iniciada cuando el
avión pasaba a 10 500 pies (3200,4 m), restaurando la potencia eléctrica.
Mientras los intentos de inicio de motor por "molino de viento"
usando el flujo de aire provocado por el descenso del avión resultaban
insatisfactorio, los pilotos no tuvieron problemas en arrancarlos con la
potencia de la APU. Sin embargo, ningún motor lograba acelerar hasta velocidad
de ralentí, ni mucho menos lograr un mínimo de empuje. Los intentos de
adelantar las palancas de gases solo provocaron que los motores se
recalentasen, por lo que procedieron a su apagado para evitar un fallo
catastrófico. Los pilotos aterrizaron en un campo de hierba en la Instalación
de la Asamblea Michoud de la NASA en Michoud al este de Nueva Orleans,
provocando un aterrizaje seguro.3
Los investigadores de la NTSB determinaron que el avión
había volado de forma inadvertida en una tormenta de nivel 4 y la ingestión de
agua había provocado la congestión de ambos motores al haber superado la
capacidad estándar determinada por la Administración Federal de Aviación (FAA).
El avión sufrió daños en los álabes por el granizo, y su motor del lado derecho
(número 2) quedó dañado por el sobrecalentamiento.3
Al principio, se planeó retirar las alas y transportar el
avión a una instalación de reparación en barcaza, pero los ingenieros y pilotos
de pruebas de Boeing decidieron efectuar un cambio de motor en el lugar y
despegar desde la carretera pavimentada adyacente que daba acceso a la
instalación.3 El 737 despegó de Moisant para efectuar sus reparaciones. El
avión regresó posteriormente al servicio activo.
La investigación concluyó que los motores habían fallado
"como resultado de un encuentro en vuelo con una zona de fuertes
precipitaciones y granizo. Una causa que contribuyó al incidente fue el diseño
inadecuado de los motores y que los certificados de ingestión de agua de la FAA
no hacían mención a las tasas de agua previstas en tormentas con
precipitaciones moderadas o fuertes.
VIAJES EN AVIONETA EN TIEMPOS DE
GUERRA. MORAZÁN
Ilopango. 1984, Parqueé mi
Volkswagen rojo y me dispuse a chequear y pagar cincuenta colones para mi
viaje, A OSICALA, a dar mi conferencia a
jóvenes. Ya volando, Me dio miedo cruzar el lago de Ilopango en la avioneta
taxi. Solo 4 pasajeros y el piloto. Se podía ver la profundidad del lago
cráter. Yo Iba a enseñar en una convención de jóvenes a San Francisco Gotera
sobre el tema Noviazgo Cristiano. Pude ver de lejos mi pueblito natal: SAN
PEDRO NONUALCO; Cuando pasaba enfrente del volcán Chinchontepec, San Vicente.
Desde este volcán le dispararon a una avioneta, los insurgentes, cegando de un
ojo al piloto Carlos Dárdano. Este hizo
una hazaña al planear un avión de TACA, viendo con solo un ojo. El otro lo perdió
en el ataque de los insurgentes del batallón ANASTASIO AQUINO.
Que emoción. El valle de Jiboa bajo mis pies. Luego apareció
como una mazacuata tratando de alcanzar el océano Pacífico el rio Lempa para
beber agua salada. Sus dos puentes destruidos por la guerra civil.
Osicala, un pueblo del departamento
de Morazán. Aquí se llevaría a cabo la convención. San Francisco Gotera. Aquí se encontraba el
aeropuerto artesanal de tierra. Yo creía que era necesario uno de concreto para
que la avioneta CESSNA aterrizara.
Polvazón al aterrizar. Mi maleta con mi Biblia. La avioneta seguía su ruta a La
Unión y San Miguel; recogiendo y botando pasajeros. La gente viajaba mucho en
estas avionetas para evitar las carreteras plagadas de militares y
guerrilleros. Los dos puentes que unen Oriente volados – derrivados-. Parecía
que el país se dividiría en dos: Oriente y Occidente. Como Viet Nam del Norte y
Sur ; o Corea del Norte y Sur. Aquí sería El Salvador Oriente y El Salvador
Occidente, el Lempa de por medio. Nadie ganaba la guerra civil. USA sostenía económicamente
y militarmente para detener el comunismo. Dominó: Nicaragua, luego El Salvador,
Guatemala y México. Luego el comunismo hasta Washington.
Me hospedo en un cuarto con hamaca y una cama de henequén en
el centro de GOTERA. Arturo Membreño, presidente regional de jóvenes, me
espera. Esa noche nace Arturito, su hijo.
El día siguiente, Llegan grupos de jóvenes de las iglesias vecinas a San
Francisco Gotera. Los jóvenes aportaron para mi pasaje y para el fondo general
juvenil. Membreño había sido pastor en las montañas y por la fuerza de los
insurgentes había venido a San Francisco Gotera donde la iglesia se hizo grande
con los creyentes que venían de Perquín y otros pueblos vecinos de Morazán
huyendo de la guerra. La mayoría de la gente de Osicala emigró a USA Y mundo.
De regreso de la convención juvenil. A 500 metros de San
Francisco Gotera está la mini pista. El norte del departamento de Morazán
tomado por insurgentes. Rio Torola es testigo. Presuroso llegó a abordar la
avioneta. Vamos a La Unión, San Miguel, Usulután, buscando pasajeros. Viaje de
30 minutos. Mi Volkswagen rojo
esperándome en Ilopango.
OTROS VIAJES A MORAZÁN
Un año más tarde asistí a este bonito pueblo de OSICALA para
enseñar a jóvenes del distrito de San Francisco Gotera otra vez. En avioneta
salient0o de ILOPANGO. Una vez más fue un viaje escuela conociendo mi país y
guardando recuerdos de mis viajes por las 23 regiones en que se dividía nuestro
trabajo juvenil.
20 años después
regresé con Moisés Ramírez y encontré una iglesia poderosa. En tres manzanas,
con radio, TV, internet, colegios. La guerra sirvió para mucho, no solo para
lamentarnos. También con Enrique Magaña regresé como conferencista a las
convenciones de Fraternidad de Varones, ministerio para Adultos Mayores. Mario
me hospedó en Perquín y pude montar a caballo y ver el museo de la guerra civil
que está en la ciudad. Lo que más me impresionó un boquete de una bomba de 500
libras lanzada por aviones USA. Fotos y G3, M16 . Conocía armas que nunca había
visto.
Viajamos a la frontera. Rio Sapo, Ruta de la Paz. Que no se
repita la guerra
Gratos recuerdos de nuestra guerra civil.
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NEQUEPIO
Del fondo de los océanos emergiste, Nequepio
Para unir las Américas, millones de años, ha.
Hoy, nombre de DIOS te pusieron: El Salvador
Y así: Nequepio, Cuscatlán, Pulgarcito, vá
Tropel de caballos cruzan el rio Paz
Pedro de Alvarado irrumpe la paz
300 años de colonización empiezan
Hispania ibérica católica invade Cuscatlán
Tonatiuh, el Adelantado, el Sol, en Acajutla
Preñaba indias bellas por noche. Deleite eros
Pavo real de colores, sus hijos. ADN real
Luego, la historia por 500 años de estirpe
Dos culturas chocan, se amasan y amansan con el tiempo
Religión, lenguaje, sangre: Revoltijo de etnias nace aquí
Una nueva sociedad se
incuba en el vientre de Nequepio
La civilización envenena montañas, cielos, ríos, aire y mar
Pipiles, lencas, Chrotis, Uluas, Kakawiras: pueblos nativos
Funden su sangre pura con sangre azul de españoles.
En catedral, pueblos, ciudades y cantones, se alza la cruz
Desaparece los dioses: Sol, Luna, Estrellas, Jaguares y Maíz
Rumbo al sur pasaron por siglos pueblos originarios genios
A poblar el sur de la América. Chinchorros, incas y nazcas.
Siempre había un remanente poblando Nequepio - Cuscatlán
Los volcanes, montañas y lagos son testigos de esta historia
Machu Pichu, Nazca, Amazonas, indios, pasaron por aquí, por
“Tierra extraña”, Tierra Mágica llena de lagos y volcanes:
Científicos, ingenieros, sociólogos y arquitectos genios
Van al sur, pasando por NEQUEPIO, tierra fértil y mágica.
Nequepio, nombre olvidado por los salvadoreños híbridos
Estampida de mareros y guerrilleros. ¿Quién los para, hoy?
Ni la ONU, ni OEA pueden. Solo el destino y Tonatiuh
El tiempo pasa: Nuevas generaciones aparecen poblando
Ciegas repúblicas se forman en Centroamérica, ODECA
Rompecabezas en América. Llegan los euros, rusos y chinos
“Dolorosa y sangrienta es su historia,” “violencia, maldita
seas.”
Sombrero azul: “Nietos del Jaguar”… ¡Aquí estamos¡
Los gringos provocan la guerra otra vez. Yankees go home
70 mil mueren: Jesuitas, obreros, maestros. Desaparecidos
De la locura a la Esperanza. El Salvador, 25 años, ha. 2017
“De la paz en la dicha suprema,”… ¡Seguimos buscándola¡
barillasenrique@gmail.com
GLOSARIO
PEDRO
DE ALVARADO. Tras la toma de Tenochtitlan en
1521, Cortés lo comisionó para otras expediciones más al sur, lo que le
permitió pasar a la historia también como conquistador de Guatemala y El
Salvador junto a su hermano Gonzalo de Alvarado y, aunque siguiendo a Cortés,
también concluyó la conquista en Honduras.
En 1524, Pedro de Alvarado ordena la
fundación de la primera capital colonial de Guatemala: Santiago de los Caballeros
inicialmente en Iximché (Tecpán), luego refundada en 1527 en el valle de
Almolonga (hoy el barrio de San Miguel Escobar en Ciudad Vieja, Sacatepéquez)
tras una revuelta indígena.
En 1525 ordenó a Gonzalo de Alvarado
la fundación de una villa con el nombre de San Salvador en el Señorío de
Cuzcatlán, para dominar los naturales de esas tierras. Ambas localidades
llegaron a tener tanta preponderancia en sus respectivas provincias
jurisdiccionales que terminaron por convertirse en capitales de las repúblicas
de Guatemala y El Salvador, respectivamente; aunque ninguna está en su
emplazamiento original hoy en día.
En 1527 viajó a España y se
entrevistó con Carlos V. Es este su momento de mayor gloria, al recibir del
emperador los nombramientos de gobernador, capitán general y adelantado de
Guatemala, más de lo que conseguiría nunca Cortés de Nueva España. Sin embargo,
a su vuelta a América, en 1529, el gobernador de la Nueva España lo encarceló y
lo procesó; sólo pudo librarse del cautiverio por la intervención de Cortés.
TONATIUH. Al conquistador
español Pedro de Alvarado se le atribuyó el nombre de Tonatiuh por su pelo
rubio y ojos celestes. El icono del sol de manera ancestral era el águila, en
náhuatl cuauhtli.
NEQUEPIO. El mismo nombre
Nequepio suscita alguna extrañeza para quienes han visto el título de la obra.
No se trata más que del nombre con que se conocía La parte de Cuzcatlán desde
el sur centroamericano; desde Panamá y Nicaragua. Hay varias descripciones
geográficas que hacen coincidir ese nombre con el Cuzcatlán nahua-pipil, además
del uso común que se hizo de él en León de Nicaragua. Se le ha dado la
explicación etimológica de “tierra extraña”.
El descubrimiento de las costas del actual El Salvador, por
la expedición de Andrés Niño y Gil González Dávila en 1522-1523, había sido
reseñado muy superficialmente, sin un estudio pormenorizado, de su integración,
circunstancias y alcances geográficos. Sin embargo, su interés está más allá de
las usuales breves menciones, con mucha documentación que refleja los
preparativos, la integración y los resultados contradichos por algunos
contemporáneos, incluso por el cronista que más se refirió a esta navegación,
considerada un viaje menor dentro de los de descubrimiento, como es Gonzalo
Fernández de Oviedo.
El descubrimiento de las costas del actual El Salvador, por
la expedición de Andrés Niño y Gil González Dávila en 1522-1523. El viaje de
Andrés Niño involucra la presencia trascendente del controvertido Pedrarias
Dávila, que quiso entorpecer la expedición de Niño y González Dávila por una no
disimulada envidia por las capitulaciones que habían firmado con la Corona.
Pedrarias Dávila, primero gobernador de Panamá y luego de Nicaragua, por otro
lado, con los ímpetus dirigidos hacia el norte del istmo, siempre pretendió
hacer valer los derechos que creía tener sobre la región salvadoreña
translempina oriental y aun sobre la margen derecha occidental,cislempina, del
río.
Diego López de Salcedo, en enero de 1529, cuyo resultado inmediato
fue la invasión del oriente, hoy salvadoreño, entonces llamado genéricamente
Popocatépet “cerro que humea” por lo españoles de Nicaragua, y su llegada, a
finales de ese año, de la tropa al mando de Martín
Estete, hasta la recién establecida villa de San Salvador,
en 1528, sobre la cual también reclamaba derechos. Estos aducidos derechos
sobre San Salvador en Ciudad Vieja tienen un antecedentehasta ahora
prácticamente ignorado en la historia colonial salvadoreña.
Se trata de la llegada de Hernando de Soto a la “gran ciudad
de Nequepio”, o sea, la población de Cuzcatlán, a finales de 1524, o en los
primeros días de 1525, lo que está plasmado en la carta de Pedrarias Dávila a
Carlos V de mayo de 1525, desde Panamá. Nunca se le dio interés por los historiadores
nacionales porque erróneamente situaron Nequepio como otro nombre de la
Choluteca hondureña. La llegada de Hernando de Soto a la población de Cuzcatlán
es la explicación de la fundación apresurada del primer San Salvador a
principios de 1525, con solamente un ayuntamiento compuesto por la tropa
enviada, un cabildo organizado en el real, en el campamento, sin ninguna
pretensión inmediata de poblamiento ni urbanismo, porque lo indispensable era
marcar jurisdicción de conquista para Pedro de Alvarado, ante la ya manifiesta
avanzada por el sur en nombre de Dávila.
El libro también refiere la prisa por establecer la villa de
San Miguel de la Frontera en el Popocatépet oriental, en 1530. Una aportación
de las Crónicas son los datos sobre el comercio esclavista desatado después de
la refundación de San Miguel, en 1535, con barcos que llegaban a cargar
indígenas al golfo de Fonseca para llevarlos como esclavos al sur.
Capítulo especial merece, en el libro, el frustrado viaje de
Alvarado a las islas Molucas, expedición que partió de Acajutla a principios de
septiembre de 1540 y terminó en México, po Uno de ellas sería, ya muerto
Alvarado en julio de 1541, la de Juan Rodríguez Cabrillo, enviada por Mendoza,
que descubrió la Alta California a finales de 1542, donde se emplearon barcos
de
Alvarado, al igual como se habrá utilizado más de alguno
proveniente de la armada de Acajutla en el descubrimiento de las islas
Filipinas por Ruy López de Villalobos. r los arreglos con el virrey Antonio de
Mendoza. Quien le dio carta de ciudadanía a Amapala fue Pedro de Alvarado, al
organizar allí su flota para la expedición hacia el Perú, reconcentrada frente
a la caleta del sitio en el año 1533. Desde Amapala salían españoles con
indígenas auxiliares a combatir indígenas rebeldes que se hacían fuertes en
peñoles y amenazaban a la débil y novata villa de San Miguel, establecida en
las proximidades del pueblo indígena de Usulután.
En 1590 se creó la
guardianía franciscana de Santa María de las Nieves en Amapala, y el convento
se levantó en 1593 en el lugar hoy conocido como Pueblo Viejo, sitio
arqueológico depredado que marca el emplazamiento del convento seráfico,
destruido por bucaneros franceses al mando de un capitán Grogniet en 1686.
Santa María de las Nieves tuvo a su cargo la atención religiosa de los
habitantes de las islas Meanguera y Conchagua, también llamada isla de Amapala,
hasta que los isleños vieron sus pueblos incendiados por filibusteros ingleses
en 1684, por lo que un grupo de ellos fundó el nuevo Santiago de Conchagua en
tierra firme, al pie del volcán de Amapala, hoy volcán de Conchagua.
A Amapala había
llegado, en 1590, el grupo de ingenieros enviados por la Corona para evaluar la
posibilidad de la ruta transístmica Fonseca-PuertoCaballos, expertos
encabezados por el célebre Juan Bautista Antonelli.
Las Crónicas de Cuzcatlán-Nequepio y del Mar del Sur han
sido el fruto de un buen esfuerzo y de mucha investigación por varios años. Una
obra muy particular en su género, que viene a enriquecer la literatura histórica
sobre los siglos de la monarquía española en las provincias salvadoreñas.